domingo, 8 de mayo de 2016

24. Sólo sé que no sé nada: segunda parte


Tal como vaticinaba en la primera parte de este post, esta ciudad y este país no dejan de sorprenderme. Han pasado ya seis meses desde mi llegada y me sigue  alucinando descubrir cómo funcionan o cómo hacen algunas cosas, por tanto, he pensado haceros otro resumen de esos detalles curiosos que han llamado mi atención en este medio año que llevo viviendo en Estados Unidos. Quien sabe, puede que por el aniversario tenga otra lista de cosas rocambolescas que comentar.

Aquí podéis acceder a la primera parte si la queréis releer. Y aquí comienza la segunda:

* Aurora boreal. Me acabo de enterar de que en Seattle se puede ver... pensaba que había que estar mucho más al norte pero al parecer no es así. Hoy a las cuatro de la mañana se podía admirar el fenómeno sobre la ciudad. Como supondréis no lo vi en directo, estaba soñando con los angelitos a esa hora. 

Creo que el apodo de "Ciudad Esmeralda" es más que merecido fuente
* Duchas. A diferencia de España, aún no he encontrado ninguna que tenga un cable flexible, todas están empotradas en la pared. La verdad es que resulta un poco incómodo a la hora de lavar ciertas “partes” que no están para arriba precisamente, pero bueno, al final le coges el truco. Lo que sí es imprescindible es hacerte con un gorro de ducha si no quieres tener que lavarte el pelo todos los días.

* Lotería. Le dan mucho bombo, lo anuncian por la radio, hay botes enormes.. y los extranjeros no pueden jugar. Me resulta muy curioso… a lo mejor en España es igual y yo no lo sé pero nunca he visto que a nadie le pidan el DNI cuando va a comprar un cupón.

* Productos italianos. Ya sea jamón serrano, aceite, aliños… están considerados como lo mejor en productos europeos (aunque sea un jamón chicloso del malo).

* España. Me han seguido preguntando si en España se habla español, parece que no eran casos aislados, realmente hay mucha gente que lo desconoce. También han caído preguntas como si tenemos cuatro estaciones, si nuestra comida tradicional es diferente de la mexicana o si es cierto que la frontera con Portugal es extremadamente peligrosa. Oír para creer…

* Cheques. Sé que ya comenté que aquí se utilizaban pero es impresionante. Por poneros un ejemplo, hace unos meses una compañera de trabajo trajo varias cajas de galletas de las Girl Scout (sí, existen, no son un tópico de las películas) para vendérselas a su hija. La forma de pago era darle un cheque de cuatro dólares a nombre de la tropa por cada caja que quisieras. ¿Pero quién lleva la chequera encima? Pues al parecer seré yo la única que no porque las galletas volaron. Además, se me antoja ridículo extender un cheque de tan poco dinero.

Algo que sí es genial respecto a los cheques es que los puedes ingresar en el cajero automático. Alguien te da un cheque, lo metes en el cajero, lo escanea, reconoce el emisor y la cantidad, y te lo ingresa en la cuenta. Así de fácil.

* Google Maps. Es una pasada. Te busca todas las combinaciones de rutas posibles en diferentes medios de transporte. Incluso te ofrece la posibilidad de pedir un Uber o de reservar mesa en el restaurante que acabas de encontrar.

* Restaurantes. Ahora que he empezado a salir más, puedo contaros varias cosas curiosas. Para empezar, lo normal es que te pongan un vaso de agua al llegar, sin que lo pidas, y te lo vayan rellenando conforme se dan cuenta de que te lo has bebido. Aquí no es nada embarazoso pedir que te pongan las sobras para llevar, es lo común, de hecho si ven que no te has terminado el plato, no es raro que te pregunten ellos mismos si lo quieres para llevar.

Luego llega la hora de pagar (gran aventura). También está a la orden del día que cada uno de los comensales ponga su tarjeta de crédito y listo. Ellos entienden que la cuenta se divide entre todos y punto. Cogen las tarjetas, SE LAS LLEVAN (sí, las pierdes de vista), te cobran, y traen las facturas. Y entonces llega lo divertido: firmar y poner cuánta propina quieres dejar. Yo pensaba que era en torno a un 10-15% pero no, por lo visto debes dejar entre un 18-20%, dependiendo de si te ha gustado más o menos, pues parte del sueldo de los camareros depende de eso. Y claro, hay veces en las que te has tomado algún que otro vinillo y lo último que te apetece es ponerte a calcular el 18% de lo que te acabes de comer y sumarlo al resto. Pues bien, una compañera de trabajo me ha enseñado un truco: mira el Tax (los impuestos) que son un 9% y multiplícalo por 2. Ahí tienes lo que debes dejar de propina. Eso sí, debes tener cuidado y mirar bien la factura porque a veces la propina (que se puede llamar Tip o Gratuity) viene ya incluida en la factura, pero aun así te dejan libre la sección de propina de la cuenta por si quieres poner más. Total, que mejor que calcules antes, si lo que vas a pedir vale 16 dólares en la carta, entre impuestos y propina acabarás pagando unos 20.

Mención especial merecen los “Foodtrucks” o camiones de comida. Ahora se están empezando a poner de moda en España, pero aquí son algo clásico. Con el buen tiempo empiezan a aparecer aparcados en las esquinas. Hay de todas clases: de cocina tailandesa, de helados, de comida orgánica, de hamburguesas… Me hacen gracia los nombres de alguno como “the peach and the pig” (el melocotón y el cerdo).

Aquí tenéis el citado camión  fuente

* Niños. Yo no me había dado cuenta, me lo dijo una compañera que es de aquí y ha estado en España. Aquí los padres suelen ir más a su aire cuando de ocio se trata. Los niños van aparte, es como si tuvieran una categoría diferente, de hecho en muchos restaurantes no se permite que entren menores de edad.

* Aparcamientos. En este caso hablo de los del hospital. Los empleados tienen que pagar por cada día que los utilicen (no recuerdo si 8 o 12 dólares) y eso ya es un precio recudido… Lo que sí hacen es algo que me parece genial. Dejan unos papelitos al lado del ascensor para que puedas recordar dónde tienes el coche.



* Votar. Esto sí que me da coraje, y en este caso es culpa nuestra… por segunda vez me quedaré sin poder participar en las elecciones. La única forma de poder hacerlo desde aquí es estar registrado en el consulado. Para ello tienes dos opciones: 1) ir a San Francisco, donde está el consulado más cercano o 2) mandarles tu pasaporte por correo postal. Como no voy a recorrer 1300km para eso la única opción sería enviarles el pasaporte. Como pueden tardar meses en devolvértelo (si no se pierde por el camino) me quedaría encerrada en Seattle mientras tanto (aquí hasta para coger trenes hace falta el pasaporte). Así que no me arriesgo a que tarde más y no pueda hacer los viajes que tengo pendientes (además, ya no me daría tiempo a votar para estas elecciones).

* La luz. No sé si recordáis la que tuve que liar para darme de alta (ir en persona, que sacaran una fotocopia a mi pasaporte, etc), pues pasaban los meses y no me cobraban. Me pareció sospechoso y llamé a ver qué pasaba. Resulta que no estaba dada de alta… no tenían registrado que hubiese ido a presentar el pasaporte. Convencí a la chica por teléfono diciéndole que, si no lo había entregado ¿cómo era posible que tuviese luz en mi apartamento y que tuviese el número de contrato…? así que me dieron de alta y no llegó la sangre al río. No es la primera vez que tengo que perseguir a alguno de estos servicios para que me cobren, es surrealista. Lo bueno es que ahora puedo deciros que hay otra cosa más barata que en España además del helado: la luz. El mes pasado pagué 13 dólares por marzo y abril.

* Manzanas. No hay manera de comprarlas sin una capa de cera que echa para atrás… he probado en la sección de orgánicos y hasta en un mercado de agricultores locales y nada, se empeñan en vendértelas relucientemente embadurnadas en parafina o lo que sea que les echen.

* Hay días de todo. Desde el día nacional de las palomitas o del helado al día de los Veteranos o del Presidente. Me sorprende las pequeñas cosas a las que pueden llegar a dedicarles un día, la cuestión es que casi todas las semanas se celebra el día de algo.

* La patrulla de cortesía. Esto de vivir en una comunidad de apartamentos es toda una experiencia; empezando porque cada dos por tres te avisan de que necesitan acceso a tu piso para renovar algo o inspeccionar algo (las alarmas de incendio, por ejemplo). Una de las cosas buenas, además de tener un servicio de mantenimiento de urgencias 24h incluido, es otro servicio al que llaman “Courtesy Patrol” (algo así como la “patrulla de cortesía”), al que puedes llamar si hay algún vecino de fiesta a las tantas de la madrugada que no te deja dormir. Aquí está prohibido hacer ruido pasadas las diez de la noche.

* Los refrescos. Para terminar, cierro con este tema tan dulce que me ha sorprendido bastante. Si os digo McDonald, ¿con qué bebida lo asociáis? Con Coca-Cola, ¿verdad? Pues aquí lo que venden es Dr Pepper.


Un descubrimiento que me impactó bastante es que aquí venden algo a lo que llaman “root beer”. Sabe raro, como a medicina… Nos lo dio a probar el novio de una amiga, que es americano. Por lo visto un postre típico es poner una bola de helado de vainilla en un vaso y cubrirlo de root beer.  Es una experiencia curiosa. Cuando pregunté que cómo se hacía, me dijeron que a partir de una raíz que se se llamaba sarsaparrilla (pronunciado es algo así como “sárspirrila”), no fue hasta un rato después que caí en la cuenta de que lo que acababa de probar no era otra cosa que la Zarzaparrilla de toda la vida que tomaban nuestros abuelos o padres… Ay que ver cómo es la vida, tener que venir a la otra punta del mundo para probarla.
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Hasta aquí la lista de curiosidades, seguiré tomando nota de las que vaya cazando por el camino hasta que tenga otra colección para enseñaros. Mientras esperáis, os dejo los enlaces de siempre:

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Hasta la semana que viene, Soletes. Gracias por leerme.

2 comentarios:

  1. MAravillosas las curiosidades que compartes con nosotros preciosa! :-)

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  2. Me resulta muy interesante todos estos "cotilleos" sobre tu aventura americana. Sigue disfrutando de la experiencia.

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