Tal como vaticinaba en la primera parte de este post, esta ciudad y este
país no dejan de sorprenderme. Han pasado ya seis meses desde mi llegada y me
sigue alucinando descubrir cómo
funcionan o cómo hacen algunas cosas, por tanto, he pensado haceros otro
resumen de esos detalles curiosos que han llamado mi atención en este medio año
que llevo viviendo en Estados Unidos. Quien sabe, puede que por el aniversario
tenga otra lista de cosas rocambolescas que comentar.
Aquí podéis acceder a la primera parte si la queréis releer. Y aquí comienza la
segunda:
* Aurora boreal. Me acabo de enterar de que en Seattle se puede ver... pensaba que había que estar mucho más al norte pero al parecer no es así. Hoy a las cuatro de la mañana se podía admirar el fenómeno sobre la ciudad. Como supondréis no lo vi en directo, estaba soñando con los angelitos a esa hora.
Creo que el apodo de "Ciudad Esmeralda" es más que merecido fuente |
* Duchas. A diferencia de España, aún no he encontrado ninguna que
tenga un cable flexible, todas están empotradas en la pared. La verdad es que
resulta un poco incómodo a la hora de lavar ciertas “partes” que no están para
arriba precisamente, pero bueno, al final le coges el truco. Lo que sí es
imprescindible es hacerte con un gorro de ducha si no quieres tener que lavarte
el pelo todos los días.
* Lotería. Le dan mucho bombo, lo anuncian por la radio, hay botes
enormes.. y los extranjeros no pueden jugar. Me resulta muy curioso… a lo mejor
en España es igual y yo no lo sé pero nunca he visto que a nadie le pidan el
DNI cuando va a comprar un cupón.
* Productos italianos. Ya sea jamón serrano, aceite, aliños… están considerados como lo
mejor en productos europeos (aunque sea un jamón chicloso del malo).
* España.
Me han seguido preguntando si en España se habla español, parece que no eran
casos aislados, realmente hay mucha gente que lo desconoce. También han caído
preguntas como si tenemos cuatro estaciones, si nuestra comida tradicional es
diferente de la mexicana o si es cierto que la frontera con Portugal es
extremadamente peligrosa. Oír para creer…
* Cheques.
Sé que ya comenté que aquí se utilizaban pero es impresionante. Por poneros un
ejemplo, hace unos meses una compañera de trabajo trajo varias cajas de
galletas de las Girl Scout (sí,
existen, no son un tópico de las películas) para vendérselas a su hija. La
forma de pago era darle un cheque de cuatro dólares a nombre de la tropa por
cada caja que quisieras. ¿Pero quién lleva la chequera encima? Pues al parecer
seré yo la única que no porque las galletas volaron. Además, se me antoja
ridículo extender un cheque de tan poco dinero.
Algo que sí es
genial respecto a los cheques es que los puedes ingresar en el cajero
automático. Alguien te da un cheque, lo metes en el cajero, lo escanea,
reconoce el emisor y la cantidad, y te lo ingresa en la cuenta. Así de fácil.
* Google
Maps. Es una pasada. Te busca todas las combinaciones de rutas posibles en
diferentes medios de transporte. Incluso te ofrece la posibilidad de pedir un Uber o de reservar mesa en el
restaurante que acabas de encontrar.
* Restaurantes.
Ahora que he empezado a salir más, puedo contaros varias cosas curiosas. Para
empezar, lo normal es que te pongan un vaso de agua al llegar, sin que lo
pidas, y te lo vayan rellenando conforme se dan cuenta de que te lo has bebido.
Aquí no es nada embarazoso pedir que te pongan las sobras para llevar, es lo
común, de hecho si ven que no te has terminado el plato, no es raro que te
pregunten ellos mismos si lo quieres para llevar.
Luego llega la
hora de pagar (gran aventura). También está a la orden del día que cada uno de los comensales ponga su tarjeta de crédito y listo. Ellos entienden que la
cuenta se divide entre todos y punto. Cogen las tarjetas, SE LAS LLEVAN (sí,
las pierdes de vista), te cobran, y traen las facturas. Y entonces llega lo
divertido: firmar y poner cuánta propina quieres dejar. Yo pensaba que era en
torno a un 10-15% pero no, por lo visto debes dejar entre un 18-20%,
dependiendo de si te ha gustado más o menos, pues parte del sueldo de los
camareros depende de eso. Y claro, hay veces en las que te has tomado algún que
otro vinillo y lo último que te apetece es ponerte a calcular el 18% de lo que
te acabes de comer y sumarlo al resto. Pues bien, una compañera de trabajo me
ha enseñado un truco: mira el Tax
(los impuestos) que son un 9% y multiplícalo por 2. Ahí tienes lo que debes
dejar de propina. Eso sí, debes tener cuidado y mirar bien la factura porque a
veces la propina (que se puede llamar Tip
o Gratuity) viene ya incluida en la
factura, pero aun así te dejan libre la sección de propina de la cuenta por si
quieres poner más. Total, que mejor que calcules antes, si lo que vas a pedir
vale 16 dólares en la carta, entre impuestos y propina acabarás pagando unos
20.
Mención
especial merecen los “Foodtrucks” o
camiones de comida. Ahora se están empezando a poner de moda en España, pero
aquí son algo clásico. Con el buen tiempo empiezan a aparecer aparcados en las
esquinas. Hay de todas clases: de cocina tailandesa, de helados, de comida
orgánica, de hamburguesas… Me hacen gracia los nombres de alguno como “the peach and the pig” (el melocotón y
el cerdo).
Aquí tenéis el citado
camión fuente
* Niños.
Yo no me había dado cuenta, me lo dijo una compañera que es de aquí y ha estado
en España. Aquí los padres suelen ir más a su aire cuando de ocio se trata. Los
niños van aparte, es como si tuvieran una categoría diferente, de hecho en
muchos restaurantes no se permite que entren menores de edad.
* Aparcamientos.
En este caso hablo de los del hospital. Los empleados tienen que pagar por cada
día que los utilicen (no recuerdo si 8 o 12 dólares) y eso ya es un precio
recudido… Lo que sí hacen es algo que me parece genial. Dejan unos papelitos al
lado del ascensor para que puedas recordar dónde tienes el coche.
* Votar.
Esto sí que me da coraje, y en este caso es culpa nuestra… por segunda vez me
quedaré sin poder participar en las elecciones. La única forma de poder hacerlo
desde aquí es estar registrado en el consulado. Para ello tienes dos opciones:
1) ir a San Francisco, donde está el consulado más cercano o 2) mandarles tu
pasaporte por correo postal. Como no voy a recorrer 1300km para eso la única
opción sería enviarles el pasaporte. Como pueden tardar meses en devolvértelo
(si no se pierde por el camino) me quedaría encerrada en Seattle mientras tanto
(aquí hasta para coger trenes hace falta el pasaporte). Así que no me arriesgo
a que tarde más y no pueda hacer los viajes que tengo pendientes (además, ya no
me daría tiempo a votar para estas elecciones).
* La luz. No
sé si recordáis la que tuve que liar para darme de alta (ir en persona, que
sacaran una fotocopia a mi pasaporte, etc), pues pasaban los meses y no me
cobraban. Me pareció sospechoso y llamé a ver qué pasaba. Resulta que no estaba
dada de alta… no tenían registrado que hubiese ido a presentar el pasaporte.
Convencí a la chica por teléfono diciéndole que, si no lo había entregado ¿cómo
era posible que tuviese luz en mi apartamento y que tuviese el número de
contrato…? así que me dieron de alta y no llegó la sangre al río. No es la
primera vez que tengo que perseguir a alguno de estos servicios para que me
cobren, es surrealista. Lo bueno es que ahora puedo deciros que hay otra cosa
más barata que en España además del helado: la luz. El mes pasado pagué 13
dólares por marzo y abril.
* Manzanas.
No hay manera de comprarlas sin una capa de cera que echa para atrás… he
probado en la sección de orgánicos y hasta en un mercado de agricultores
locales y nada, se empeñan en vendértelas relucientemente embadurnadas en
parafina o lo que sea que les echen.
* Hay días
de todo. Desde el día nacional de las palomitas o del helado al día de los
Veteranos o del Presidente. Me sorprende las pequeñas cosas a las que pueden
llegar a dedicarles un día, la cuestión es que casi todas las semanas se
celebra el día de algo.
* La
patrulla de cortesía. Esto de vivir en una comunidad de apartamentos es toda
una experiencia; empezando porque cada dos por tres te avisan de que necesitan
acceso a tu piso para renovar algo o inspeccionar algo (las alarmas de
incendio, por ejemplo). Una de las cosas buenas, además de tener un servicio de
mantenimiento de urgencias 24h incluido, es otro servicio al que llaman “Courtesy Patrol” (algo así como la
“patrulla de cortesía”), al que puedes llamar si hay algún vecino de fiesta a
las tantas de la madrugada que no te deja dormir. Aquí está prohibido hacer
ruido pasadas las diez de la noche.
* Los
refrescos. Para terminar, cierro con este tema tan dulce que me ha
sorprendido bastante. Si os digo McDonald, ¿con qué bebida lo asociáis? Con Coca-Cola,
¿verdad? Pues aquí lo que venden es Dr Pepper.
Un
descubrimiento que me impactó bastante es que aquí venden algo a lo que llaman
“root beer”. Sabe raro, como a
medicina… Nos lo dio a probar el novio de una amiga, que es americano. Por lo
visto un postre típico es poner una bola de helado de vainilla en un vaso y
cubrirlo de root beer. Es una experiencia curiosa. Cuando pregunté
que cómo se hacía, me dijeron que a partir de una raíz que se se llamaba sarsaparrilla (pronunciado es algo así
como “sárspirrila”), no fue hasta un rato después que caí en la cuenta de que
lo que acababa de probar no era otra cosa que la Zarzaparrilla de toda la vida
que tomaban nuestros abuelos o padres… Ay que ver cómo es la vida, tener que
venir a la otra punta del mundo para probarla.
--------------
Hasta aquí la
lista de curiosidades, seguiré tomando nota de las que vaya cazando por el
camino hasta que tenga otra colección para enseñaros. Mientras esperáis, os
dejo los enlaces de siempre:
Índice del blog (para acceder a todas las entradas)
Página de Facebook (para estar al día de las novedades)
Suscripción al blog (para que os lleguen las entradas por email)
Hasta la semana que viene,
Soletes. Gracias por leerme.
MAravillosas las curiosidades que compartes con nosotros preciosa! :-)
ResponderEliminarMe resulta muy interesante todos estos "cotilleos" sobre tu aventura americana. Sigue disfrutando de la experiencia.
ResponderEliminar