domingo, 17 de enero de 2016

10. Funny games US


7 de enero
Ya está, ha pasado. Me encuentro a mí misma tomando una infusión de rooibos, que he preparado en la sala de descanso hace un rato. Estoy sentada en mi escritorio organizando las próximas semanas. Miro a mi alrededor y veo post-it con anotaciones, calendarios, listas de cosas pendientes, una caja con tés, una bolsa con muesli, unos auriculares y una crema de manos.

En este momento me hago consciente de que estoy instalada. Tengo esa sensación de "estar en casa " (laboralmente hablando), la maraña de cosas sin sentido que flotaba sobre mi cabeza dificultándome pensar se ha convertido en un ovillo del que puedo ir tirando y tejiendo poco a poco. Hoy la habitación donde vemos pacientes me ha parecido familiar, he saludado a tres personas al llegar... empiezo a sentirme despejada y preparada para ser productiva. Mañana tengo otra reunión en el otro hospital y, por primera vez, creo que sabré ir sin mirar el mapa, recordar todos los nombres sin esforzarme, y entrar con mi propia acreditación. Ahora sí. Me ha costado dos meses largos pero creo que lo he conseguido.

¿Y por qué he tardado tanto tiempo en sentirme instalada? Además de las peripecias del piso, que ya relaté en los post 45, y de todas las diferencias que hay con respecto a España, sobre las que hablé en el post anterior, hay una serie de situaciones cotidianas que prefiero ver como pruebas a superar. Es por ello que a este post lo he titulado: “Funny games US” (algo así como: juegos divertidos, edición Estados Unidos).

Si los que habéis visto la película esperabais una historia de psicópatas: lo siento, este post no va sobre eso. fuente

A continuación os explico cómo jugar a mis 10 juegos “preferidos”:

1.- Charco o gotera
De camino al trabajo, si ha llovido mucho, no me queda otra opción que jugar: a veces decide el primer semáforo que se ponga en verde, a veces decido yo. En este juego tienes dos opciones: caminar por la acera izquierda (charco) o por la derecha (gotera).

Si elijes charco, deberás ir saltando todos los que encuentres a tu paso. La parte buena es que puedes ir a tu ritmo, calcular los ángulos, trazar una ruta para bordearlos (sin pasar por la carretera o meter el pie en el barrizal en el que se convierte el césped del otro lado). La parte mala es que a veces no te queda otra que coger impulso y decidir la zona menos profunda en la que meter el pie. Puntos de bonus: unas buenas botas.

Si elijes gotera, deberás ir sorteando los goterones que caen sobre tu cabeza. En la acera de la derecha se acumulan toda clase de árboles, cables de teléfono y toldos dispuestos a soltarte un regalito cuando menos te lo esperas. No me preguntéis cómo pero, a base de práctica, puedes llegar a predecir cuándo pasará, cuándo es oportuno parar un momento, dar un paso a la izquierda o pegar una carrera. La parte buena es que no hay que saltar pero debes tener la atención al 100% y aún así, es inevitable oír algún que otro “plop” en lo alto de la cabeza. Puntos de bonus: un buen abrigo con capucha.


En cierto modo me recuerda a los juegos de plataformas ¿Demasiados videojuegos? fuente

2.- Atrapa al catedrático
A este juego también se puede jugar en otros países, basta con que estés haciendo la tesis o tengas una beca postdoctoral (hay una versión para universitarios que se llama “atrapa al profesor”). El juego en cuestión consiste en algo tan sencillo como: pillar a tu supervisor/jefe/tutor en un buen momento para hablar. Un buen momento se define como: “aquel comprendido dentro del horario laborable en el cuál el catedrático se encuentra en su despacho (no está de viaje, en una reunión, pasando consulta, haciendo un experimento, en el laboratorio, comiendo con alguien, en un tribunal, de vacaciones…), tiene la puerta abierta (creo que no estamos preparados para saber qué ocurre en esta habitación si no es así), no hay nadie más dentro (cosa que a veces he descubierto cuando ya había entrado yo y he visto al susodicho hablando hacia el sofá a mi espalda), no está hablando por teléfono/Skype y no está a punto de irse”. El buen momento debe coincidir con el tuyo. Puntos de bonus: astromancia y don de la oportunidad.

3.- Descifra la base de datos
Otro juego para los que investigamos, colaboramos con otros grupos y se nos supone cierto dominio de la estadística, el suficiente como para dejar en nuestras manos una base de datos desconocida para que nos apañemos con ella. El juego consiste en tratar de adivinar a qué preguntas de los protocolos de evaluación se corresponden las variables del SPSS (un programa estadístico que muchos desearían no haber conocido), cómo se han corregido, qué significa que haya valores negativos…

La cosa se complica si los datos fueron recogidos hace varios años, por alguien que ya no está en el laboratorio y se hizo en varias tandas. Te puedes encontrar con que las entrevistas que tienes (que a lo mejor son de la ronda 2) no se corresponden con los datos (que a lo mejor son de la 1). La clave para desentrañar el misterio suele ser encontrar al asistente de investigación adecuado, normalmente con cosas más urgentes que hacer que rescatar a pobres postdocs perdidos, y que te guíe por los procelosos mundos de los servidores donde se encuentran, escondidos en subcarpetas, los archivos con las sintaxis (algo parecido al código con el que se construyen los programas de ordenador) que pueden darte una pista de cómo se han codificado las variables. Si los encuentras: enhorabuena, puedes empezar a analizar los datos. Puntos de bonus: haber leído el Código da Vinci y tener una buena banda sonora de fondo que te ayude a conservar la calma.

Sugerencia para estos casos

4.- Compra como puedas
Descripción y cómo pasarse el juego (basado en una historia real). Llueve. Como no tienes coche has ido a comprar en autobús. Como es un rollo y te gastas unos 5 dólares en transporte cada vez que vas, te vienes arriba y compras mucho. Tanto como para que la mochila y las dos bolsas de tela que llevas no sean suficientes, por lo que tienes que cargar con una bolsa adicional de papel (con asas, oh maravilla del mundo moderno). Esperas al bus que, cómo no, va con retraso mientras intentas no apoyar las bolsas en el suelo para que no se mojen. Por fin llegas, te subes, te las apañas para pagar y te acoplas como puedes con la carga. Cuando ves que se acerca la parada, coges todas las bolsas con una mano y pasas la otra por encima del que se sienta a tu lado para tirar de la cuerda ¿recordáis que aquí no hay botón? Por fin se para, te levantas y mientras coges las bolsas una señora frena con tu pierna y te sale volando una de ellas, buena parte de su contenido (incluyendo una caja de Tampax en las que te acabas de gastar 10 dólares) cae debajo de un asiento. Tu genial equilibrio y tú os ponéis a 4 patas para recogerlo todo mientras le gritas al conductor que espere un momento. Te pones de pie como puedes, tratando de recobrar la dignidad y te bajas mientras le das las gracias. Sólo te queda esperar el par de semáforos que debes cruzar para llegar a casa, abrir la puerta del portal, esperar al ascensor, abrir la puerta de casa y listo: ¡has conseguido comprar! Puntos de bonus: tener habilidades de Ninja o dominio de la Fuerza.

5.- Orange is the new black

17 de Diciembre, 9.20 AM
La administración de licencias del estado de Washington abre en 10 min y tengo como a 10 personas delante, esperando en la calle. La que está a mi lado se parece a la “ojos locos” de Orange is the new Black. Se parece mucho, en los movimientos y todo, y me está dando muy mal rollo.


Es un personaje de una serie. Pongo una foto para los que no sepáis de quién hablo. Fuente

Entramos. En media hora, pago de 56 dólares mediante, está todo listo. Me han pedido mil papeles y sacado una foto. Tengo el cartón provisional y en 2 semanas me llega el definitivo por correo. En el carnet aparece el color de los ojos, la edad, el peso (de antes de Navidad), la dirección y la foto.

Me he hecho donante de órganos. No sé por qué no lo había hecho antes... tiene todo el sentido del mundo. Si te mueres te mueres, si eso sirve a otros pues ¡genial! Es otra forma de añadir un sentido a tu vida si esta termina demasiado pronto. Puntos de bonus: sangre fría y mirada al frente.

6.- Acepta el cumplido
Normalmente, las personas que te cruzas por la calle o en el trabajo no te miran, ni mucho menos van a hablarte. Pero hay excepciones, creo que si coinciden contigo en alguna situación de la que no pueden escapar como el ascensor, el baño mientras te lavas las manos o la caja del supermercado, te hacen un cumplido para llenar el silencio. La cuestión es que a veces son muy raros… normalmente pregunto por si no me he enterado. Mis dos preferidos hasta la fecha han sido: “I like your pumpkin  hairstyle “ (algo así como “me encanta tu peinado calabaza”, supongo que por el color) o “nice brows” (bonitas cejas) seguido de una perorata sobre lo difícil que es depilárselas de forma correcta. Puntos de bonus: cara de póker.

7.- Cruzo la frontera con…
Si por ellos fuera: con nada. Uno de los juegos más difíciles es enviar un paquete por correo. Debes ponerlo en una caja, o sobre, de una determinada forma, con la dirección y el remite. Debes rellenar un formulario de aduanas en el que especifiques lo que envías (descripción, país de origen, cantidad, peso y valor), poner de nuevo tu dirección, la del destinatario y vuestros móviles y correos electrónicos (como para dar una sorpresa, vaya). Luego te hacen mil preguntas sobre si hay algo peligroso, pagas y listo.

Por el momento he enviado cuatro paquetes (y creo que serán los únicos), con regalos de Navidad y cumpleaños. Me han abierto para inspección al menos dos de ellos en algún punto del camino ¿es que no tienen escáneres de rayos X y cosas de esas?


                                                  Así llegó mi paquete

Yo pensaba que eso era malo pero parece que es peor cuando se trata de paquetes que entran al país. Mi familia, que también me ha enviado un paquete, me ha contado que les prohibieron enviar comida y que en el primer sitio que preguntaron les querían cobrar 300€. Pues bueno, aún sacando todo lo “prohibido” recibo el paquete abierto y resellado y con un cartel de aviso diciendo que había baterías dentro. Mentira. Es decir, lo destripan, cotillean el contenido y encima no se enteran de lo que hay… desde luego que se quitan las ganas de enviar nada más. Puntos de bonus: tiempo, dinero y resignación.


Así llegó el de mi familia

8.- Encuentra el calcetín
Como ya comentaba en el post anterior, aquí es raro que las casas tengan su propia lavadora. Mi edificio no es una excepción, hay una lavadora y una secadora en cada planta y una lavandería grande en el segundo piso. Funciona con unas tarjetas recargables y no puedes usar suavizante líquido, sino unas hojas perfumadas que se colocan en la secadora. En mi primera colada aquí tuve una experiencia interesante.

La lavadora de mi planta estaba ocupada, así que bajé al segundo e hice la colada, baje a poner la secadora, baje a recoger la ropa, guardé la ropa… espera… no puede ser ¡Me faltan cuatro calcetines de diferentes pares! ¡Cuatro! ¿Cómo podía ser que no los hubiese visto en la secadora siendo tantos? No será que… En ese momento recordé un comentario que había leído en internet antes de alquilar el piso sobre alguien que relataba que le desaparecía la ropa interior si llegaba abajo cuando la secadora ya había terminado. Lo mismo que me había ocurrido a mí… un momento, sé que me faltan los calcetines porque no están las parejas pero ¿y si también me faltan braguitas? Yo creo que no… Mientras pensaba eso recordé cómo cuando pasaba la ropa limpia a la secadora, vi a un hombre extraño mirándome, pero no le presté atención en ese momento. Mantén la calma y busca bien. Miré en la bolsa de la ropa sucia por si se habían quedado allí, en el suelo del vestidor… nada. Estaba a punto de ponerme los zapatos y volver a bajar corriendo, a ver si se habían quedado en la lavandería, cuando me dio por mirar en la bolsa de lavar y allí, acurrucados en una esquina, estaban los cuatro la mar de a gusto. Puntos de bonus: bolsas para la colada y temporizador en el móvil para saber cuándo acaba.


Estas monadas han sido mi solución: bolsas para meter la ropa interior y ahorrarte estrés innecesario. Fuente

9.- Verdad o atrevimiento
17 de diciembre, 10.40 AM
Llevo casi media hora esperando en las dependencias de la Seguridad Social. Esto es diferente, se parece a la embajada de EEUU en Madrid. Hay mucha seguridad. De hecho casi no entro... Cuando llego al edificio me encuentro con un control tipo aeropuerto. Me tengo que medio desnudar y pasar por el arco. No pita, ¡yuhu! Pero el que controla los rayos X me mira con mala cara. La conversación fue algo así:

Guardia: - Llevas un cuchillo
Yo: - No (con los ojos como platos)
Guardia: - Llevas un cuchillo
Yo: - Llevo un tenedor
Guardia: - Voy a abrir tu mochila (con la mano puesta en la pistola Taser)
Yo: - Vale.

Llevaba un cuchillo. Como hoy llevo una ensalada para comer pensaba que sólo había metido un tenedor... qué vergüenza. No sé por qué no me quedaré calladita. Al final me lo miró y me dijo que podía pasar con él.

Cuando llego a la oficina del piso 9 me encuentro a dos guardias armados, con pistola, porra y esposas en la puerta. Me dicen que no deje solas mis pertenencias y ponga el teléfono en silencio. Y aquí estoy, esperando en una silla incomodísima, de esas metálicas que parecen un rallador de queso y te dejan el culo en relieve. A ver si entro pronto, hay 25 ventanillas y sólo tenía 14 números delante de mi letra.

Casi llevo una hora. Ahora a rezar porque me toque alguien apañado y tenga a bien darme el número de la Seguridad Social (lo he pedido porque aquí si no tienes casi no existes, no estás en el sistema, por lo que te piden fianza para muchas cosas). Hoy el día va de personajes inquietantes. Tengo enfrente a una señora con una mascarilla a la que he pillado mirándome fijamente como 3 veces, da un poco de miedo.

11.42 AM
Una hora después estoy esperando el bus que acabo de perder. He conseguido un papel con un sello rojo que indica que pronto recibiré la tarjeta en casa. Gratis. Pero no ha sido tan fácil, ¿qué esperabais? Además de como 20 preguntas y afirmaciones sobre cometer perjurio y no sé qué más, ha habido un pequeño problema. Para variar: mi nombre. No ha sido por la tilde, ya me cuido bien de no ponerla. Resulta que era demasiado largo y no cabía en el formulario. Así de simple. Al final, el pobre funcionario ha tenido que poner el primer apellido como si fuera el middle name (segundo nombre) pero parece que el sistema lo ha aceptado. Puntos de bonus: cara de niña buena, providencia divina.

10.- Me llamo Rocío
Ya relaté lo ocurrido en Acción de Gracias con mi nombre... Este es un juego al que he tenido que jugar en multitud de ocasiones, con resultados de lo más curioso, desde que lo escriban como "Rothio" o lo pronuncien como "Daciou" hasta no poder poner la tilde (pobre de la que se llame Begoña, lo mío a su lado no es tan grave).

El episodio más curioso me ocurrió en el hospital de niños. Tras una de las reuniones, la jefa me dijo que quería hablar un momento conmigo. Me llevó aparte y, mientras se ponía roja como un tomate, me contó que a algunos miembros del equipo les costaba pronunciar mi nombre y que habían pensado ponerme un apodo americano “a cute American nickname”. ¿Queréis saber cuál? Pues no era otro que “Roxy”. Le dije que vale, que no quería matar a nadie obligándole a pronunciar mi nombre, pero que en ese caso prefería que se escribiese “Roxie” me negaba a llamarme como una marca de ropa… ya puestos prefería ser una de las protagonistas de “Chicago”.

 Aquí tenéis a la susodicha. Fuente

Me alegré mucho de mi decisión cuando busqué "Roxy" en Google y descubrí que hay unas cuantas actrices porno con ese nombre. Ya era lo que me faltaba… Mi jefe me ha dicho que pronunciarlo no es tan difícil, que cuando quiera enseñar a alguien a pronunciarlo de manera medio decente le diga que es como remar “row” seguido de una marca de chocolates local “Theo” que, por cierto, aún no he probado. Puntos de bonus: paciencia y sentido del humor.

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Bueno Soletes, espero que os hayáis divertido un poco con mis “juegos” y hayáis tomado nota de los “bonus” por si os toca jugar a alguno. Estoy preparando algo muy especial para dentro de unas semanas que no os puedo contar todavía… sólo os diré que para ese post contaré con unos colaboradores de lujo.

La semana que viene me centraré en un tema que algunos me habéis pedido varias veces: estad atentos porque a mediados de semana os daré un avance en la página de Facebook.

Muchos besos y abrigaos bien, no os vayáis a resfriar.


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