sábado, 2 de enero de 2016

8. Un beso a media noche

3, 2, 1… Hay veces que no puedes evitar sonreír en medio de un beso. Esos son los mejores. Esta vez acabé sonriendo, no sé si por lo frío, por lo extraño o por lo loca que estoy. La cosa es que había conseguido cumplir con la tradición estadounidense de fin de año y dar un beso a media noche.
 
4 días antes
Estoy un poco rara con el blog, siento que de alguna manera he perdido chispa… que ya no es tan interesante o que está forzado, no sé. Ni si quiera sé qué voy a contar la semana que viene en fin de año. No tengo plan. Sería un poco aburrido tener que contar que me quedé en casa durmiendo, ¿no?
 
Me apasiona ver caer la nieve, me recuerda a un poema, a un ballet. La cadencia y la elegancia con la que bajan los copos parece distorsionar el tiempo hasta llegar a ralentizarlo. Me hipnotiza, me transmite paz y me centra. Resulta extraño que a una persona a la que la lluvia le parece exasperante y lúgubre, alguien que ama los cielos azules de su tierra, pueda encontrar la paz en un día de nieve o en una playa salvaje un día de frío y viento.
 
30 de diciembre, un día antes
No tengo ni idea de qué quiero hacer mañana. Sé que me tomaré las uvas con mi familia. Sé que saldré del trabajo antes para ello, sé que me pondré guapa para recibir el año como se merece: vestido y maquillaje. Brindaré con sidra de pera de IKEA y disfrutaré del resto de la tarde. Por la noche había pensado cenar algo especial y ver algo por internet, acostarme temprano, despertarme para ver amanecer el día 1. Puede parecer un plan un poco triste y, en cierto modo eso de estar sola lo es, pero para mí el año empieza a la hora española y aunque esté casi a 10.000 kilómetros mi corazón sin duda está en sintonía con los míos, por eso me parece la oportunidad perfecta para irme a la cama pronto y amanecer descansada y sin resaca, comenzar el año despejada, paseando y dando la bienvenida al nuevo año al aire libre. En teoría será soleado, así que salir a cazar un poco de vitamina D y visitar una playa a la que todavía no he podido ir no me parece un mal plan en absoluto, de hecho, ojalá pudiese ser un reflejo del resto del año.
 
Y aquí es cuando se trastoca todo, de repente me han dicho de ir a ver los fuegos artificiales del Space Needle.
 
Foto de archivo (fuente)
 
Según ponía en internet empezaban a las 8 de la tarde pero debe ser algún tipo de fiesta previa porque, si he entendido bien, los fuegos empiezan a las 12. La cuestión es que antes habrá que estar en algún sitio, que hará muchísimo frío y que no sé qué podría ponerme porque me han dicho que aquí se arreglan mucho para fin de año. Traje varias cosas en la maleta, pero creo que ninguna capaz de evitar que me tengan que amputar las piernas si acabo pasando varias horas a la intemperie. Lo bueno es que no llueve, pero por eso mismo hará más frío, sin duda estaremos bajo 0. Así que en esas estoy, la verdad es que no me había planteado muy bien esta noche, tenía varias cosas en el aire y al final ha surgido esto. ¿Qué acabaré haciendo? Por un lado me parece una oportunidad única pasar la Nochevieja viendo los fuegos artificiales desde el Space Needle, más que nada porque las navidades que viene serán las últimas que viva aquí (en principio) y tengo intención de pasarlas en España pero, como decía antes, la idea de acostarme pronto y tener un día 1 despejado sin que sea un plan triste, también es algo singular que puedo llevar a cabo debido a mis circunstancias actuales, así que voy a consultarlo con la almohada y mañana veré qué hago.
 
31 de diciembre, 11.30 de la mañana (8.30 PM, hora española)
Me siento como si llevara todo el día despierta. No sé si es porque llevo más de 3 horas trabajando sin parar, por todos las felicitaciones que me van llegando o qué. Estamos a -3ºC y brilla el sol, así que he decidido quedarme en casa y trabajar desde aquí para poder mirar cómo brilla por la ventana mientras estoy cómoda y calentita. 


                                         Último día de 2015 desde mi ventana

Ah, qué sensación más agradable esto de ir cerrando proyectos y llegar al año nuevo con los deberes hechos, sin emails pendientes por leer. No sé por qué llevo un par de días con la sonrisa puesta… pensaba que estaría triste por estar lejos de mis personitas especiales pero no es el sentimiento que predomina. Quizás es porque 2015 ha sido un año genial, un año de logros, de despertarse en mí pasiones que creía ya dormidas, de saltar al vacío y comprobar que, aunque a veces duela, merece la pena. Ahora vale ya de trabajar, hora de ponerse guapa para recibir el nuevo año, comer y conectarse con la familia.
 
7.34 PM
Es curioso cómo dos mundos tan diferentes pueden coexistir en un mismo espacio: día y noche, algarabía y silencio, multitud y soledad. Te asomas por una ventana digital y observas de forma interactiva cómo sucede todo. Más de 4 horas por Skype consiguen borrar de un plumazo casi 10.000 km, no obstante he echado de menos el abrazo de media noche, ese que viene justo después de tragarte, como puedes, los restos de la última uva.
 
9.45 PM
Han sido casi 7 horas, toda la noche con ellos. Rectifico, casi 8. Casi 9, son las 11.20 cuando cuelgo muerta de sueño. Hemos jugado al Party & Co., nos hemos reído... bendita tecnología. Menos mal que no he salido, estoy KO. Decidí no hacerlo por todo lo anterior y porque no me encuentro del todo bien. Vuelvo a sentir lo mismo que en Nochebuena: estos días tienen sentido cuando estás con los tuyos. Para mí, el año acabó a las 3 de la tarde, tomando las uvas con mi familia… lo de las 12 no es más que un convencionalismo, si este año hubiese sido bisiesto estaríamos haciendo la celebración mañana. De nuevo se repite en mi cabeza la frase de Christopher McCandless: “la felicidad sólo es real cuando se comparte”, y hoy, por suerte, he podido compartirla.
 
Con los platos fregados, los dientes lavados y el pijama puesto me pregunto si no puedo hacer un último esfuerzo y esperar media hora más para poder ver al calendario cambiar el 5 por el 6… venga, va, vamos a intentarlo. Pienso en lo diferente del escenario: mi despedida de año española sucedió conmigo arreglada, perfumada y brindando con mi familia. Mi despedida americana me pilla con el pijama puesto, con todo en orden y en soledad. Debo confesar, sin embargo, que sí me invade un cierto cosquilleo al pensar que al año le quedan minutos, como si una parte de la emoción de Nochevieja se trasladase al ahora. Ya que estoy, vamos a ver cómo lo celebran ellos (aparte de tirar fuegos artificiales desde el Space Needle). Sé que los italianos comen lentejas, los británicos se cogen de la mano y cantan…
 
Google: “tradiciones fin de año Estados Unidos”
 
“En Estados Unidos y también en algunos países latinos, lo primero que se tiene que hacer después de celebrar la entrada del año es elegir a una persona y besarla con el fin de atraer el amor para el nuevo año. Se cree que no haciendo esto, te esperan 365 días de soledad, en el mejor de los casos.” (Fuente)
 
Claro, eso es lo que me dijo el novio de Carmen cuando le pregunté por las tradiciones de aquí: “you kiss your girl”. Eso es lo que sale en las películas, lo que vemos en las series.
Por ejemplo... (fuente)
 
Así que eso es todo, pues vamos listos… a no ser que… hmm, la tradición no dice nada de quién tiene que ser la persona. Aunque va a ser un poco raro. Queda algo más de un minuto, tengo tiempo, vamos allá.
 
1 de enero, 12 AM (media noche)
3, 2, 1… Hay veces que no puedes evitar sonreír en medio de un beso. Esos son los mejores. Esta vez acabé sonriendo, no sé si por lo frío, por lo extraño o por lo loca que estoy. La cosa es que había conseguido cumplir con la tradición y dar un beso a media noche. Corrí al cuarto de baño a tiempo de mirarme a los ojos en el espejo y hacerlo.
 
Vale, ha sido un beso a mí misma pero ¿es que acaso no somos la persona más importante de nuestra vida? Esa con la que vamos a pasar las 24 horas de los 366 días que tiene este año. Creo que más vale que nos tratemos con cariño y dediquemos tiempo a mimarnos. Mientras escucho los fuegos artificiales de fondo me puede la curiosidad, sé que el Space Needle no se ve desde mi ventana pero subo una persiana por si acaso. Lo hago a tiempo para descubrir que los destellos dorados, verdes y rojos de los fuegos tiñen de purpurina un rascacielos acristalado que sí alcanzo a ver. Dudo por un momento si habré elegido bien… miro mi tentadora y mullida cama en medio de un bostezo y la respuesta viene sola. Adiós 2015, hola 2016, me voy un rato con Morfeo.
 
1 de enero, 8.07 AM
Es el cumpleaños de una gran amiga. El primero que pasamos separadas desde que nos conocemos. Todos los años por estas fechas quedamos aunque sea para merendar, y me despierto con ese pensamiento. Cuando veo una foto de lo bien que se lo está pasando se me quita la pena, ya recuperaremos el tiempo perdido.
 
Miro por la ventana y compruebo con alegría que la predicción del tiempo no mentía: hace un sol espléndido. Miro la temperatura y… uf. Mejor me lo tomo con calma, a ver si el Lorenzo calienta un poco el ambiente mientras me preparo.
 

Primer día de 2016
 
Me forro con leggins de pelito, pantalones, botas de nieve, pañuelo, guantes y abrigo. Meto en la mochila agua, mandarinas y unas galletas de ponche de huevo que me han regalado y salgo. 
                     Si, las galletas de ponche de huevo existen y el jamón serrano no...

Las calles están prácticamente desiertas, los restos de purpurina y cristales rotos dan una pista del escenario tan diferente que pudo haber sido la noche anterior. He salido sin mirar el mapa, sin poner el GPS, por una vez me apetecía andar a la aventura y perderme si hacía falta, un día sin lluvia ni prisa es perfecto para ello. En pocos minutos veo el agua frente a mí. Seattle es una ciudad preciosa, cuando más descubro sobre ella, más me gusta. Qué paz transmite esta parte del puerto... qué delicia sentir por fin el sol en mi piel.
 
Este sitio tiene muchos puntos para convertirse en uno de mis preferidos de la ciudad
 
Después he paseado por el centro y he vuelto al pasillo de los chicles, lo que antes llamaban “el monumento más asqueroso del mundo” me alegra ver que, a pesar de que los quitaran todos, no hace ni dos meses, la rebeldía de la gente está volviendo a pintar de colores sus paredes.
 
Si lo piensas fríamente, un poco de asquillo sí que da
 
Hasta aquí mi paso de 2015 a 2016, Soletes, espero que el vuestro haya sido genial ¡Mucho ánimo con los propósitos de Año Nuevo!
 
PD: Os recuerdo que aún estáis a tiempo de decidir el tema del próximo post (instrucciones aquí), tenéis hasta el día 6 (el miércoles).



7 comentarios:

  1. Feliz año guapísima! !!!! Me ha encantado!!!! Eres la mejor, y cada vez eres más interesante como persona y tu blog también, eso es indiscutible. Aaaaah que ganitas de que llegue ya semana santa y que nos veamos! !!!! Por cierto, no pienso decirte de lo que escribir, porque no sabría decidirme aaaah los quiero tooodoooos juas juas. Bueno guapa un besazo enorme y sigue así, te adoroooo Dorothy

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    1. ¡Igualmente, preciosa! Mucha gracias. Espero no decepcionarte... mil millones de besos :*

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  2. Ayyy...cómo he echado de menos tenerte cerca en estos días. Lo bueno es que acunulamos y tenemos pendiente celebraciones y sobre todo 20 días allí contigo para desquitarnos!! :*

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    1. Y yo... Claro que sí, así disfrutaremos más cuando estemos juntas :)

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  3. Aunque con retraso quiero desearte un feliz año 2016. Seguro que te irá genial porque aunque sólo te conozco a través de tu blog, veo que eres valiente, positiva y tan dulce como tu madre. Me ha encantado imaginarte celebrando la Nochevieja con la familia, conectada a través de Skype.

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    1. ¡Muchas gracias María Jesús!

      Me alegro de que te haya gustado, en breve más aventuras :)

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  4. Aunque con retraso quiero desearte un feliz año 2016. Seguro que te irá genial porque aunque sólo te conozco a través de tu blog, veo que eres valiente, positiva y tan dulce como tu madre. Me ha encantado imaginarte celebrando la Nochevieja con la familia, conectada a través de Skype.

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