“Me dices
goodbye en tu nota tan ricamente,
y no me hago
a la idea de no volver a verte
si lo llego
a saber mimoso no te bajo el puente
me tiré de
cabeza y me arrastró la corriente”
Manolo García,
Como un burro amarrado en la puerta del baile
Bienvenidos al último capítulo de la serie. La verdad es
que he disfrutado mucho escribiéndola y viviendo toda la experiencia… ha sido
divertido, cansado, intimidante, empoderante y sorprendente al mismo tiempo. Muchas
gracias a todos los que habéis seguido la historia, hecho comentarios y me
habéis animado a seguir. Ahora, dejando paso al otoño, me retiro un poco a
aguas más calmas, y eso es en parte porque… bueno, no me adelanto, sigo por
donde iba. Si os falta alguno de los otros capítulos, aquí los podéis leer.
24 de septiembre
Rara vez las cosas salen como uno las planea. Hoy por fin
he conocido a G. La conversación ha fluido, la cita ha ido bien y tenemos cosas
en común pero no ha habido atracción física, ni tampoco hemos conectado mucho
en el sentido del humor... G es un chico bastante complejo y desde luego una
persona muy interesante... quizás porque estoy cegada con I, quizás simplemente
por él. La verdad es que no me ha gustado demasiado, es decir, tampoco es que
me desagrade en extremo, pero no me hace ilusión. Me encantaría ser amiga suya
pero creo que eso es todo. Es decir, si con I no fuese bien no me importaría
seguir quedando a ver qué pasa... creo. Además, es una persona muy rígida y
creo que no me sentiría cómoda actuando con naturalidad ante él.
Todo ha sido un poco desastre. Resulta que por unas obras
que están haciendo en los túneles, su autobús se ha retrasado, hemos terminado
quedando en que yo cogería uno más tarde y me encontraría con él dentro del
autobús... después ha resultado que ese autobús tampoco iba hacia donde se
suponía y nos hemos visto en la estación... Digo visto pero ha tenido él que
llamarme por mi nombre porque entre que no llevaba las gafas y que no lo
esperaba ahí no lo he reconocido. Hemos caminado hasta Chinatown para coger el
autobús correcto pero no pasaba... por lo que hemos decidido comprarnos un bubble tea. Tras esperar otro rato sin
éxito, hemos decidido que lo mejor sería quedarnos por Downtown y que yo le enseñase las cosas que conozco. Cuando ya
habíamos andado 3 manzanas hemos visto el autobús dirigiéndose a la parada. Me
ha dicho que si no me importaba correr y le he dicho que no. Hemos corrido 3
manzanas y a mí me iba a dar algo porque estaba con un dolor de barriga
considerable (las maravillas de ser mujer). Pero bueno, la cuestión es que pese
a todo pronóstico hemos cogido el autobús y hemos ido hacia su zona que, por
cierto, ha sido preciosa. Hemos caminado por un parque muy tranquilo, visitado
un edificio con una cascada interior y una escultura de Chihuli, y me ha
llevado a un piso 28 a contemplar las vistas de la ciudad… aunque sin las gafas
no he visto gran cosa.
Dice que quiere volver a verme y me ha propuesto ir a un
festival de té que hay este sábado. La cosa es que estarán aquí unas amigas y pasaré
el fin de semana con ellas por lo que aún no sé qué hacer... de todas formas no
quiero que se haga ilusiones. Ay, ya se verá.
I, el yogurín, me ha mandado una foto suya esta tarde que
me ha gustado más todavía. Estoy deseando verlo el martes, ya tenemos sitio
para quedar: lo voy a llevar a un local de vinos en el que tienen un menú de happy hour muy majo.
25 de septiembre
Sin noticias de G. Ni anoche ni hoy me ha dicho nada… Y
la verdad es que tampoco lo he echado de menos. Me da pena, aunque sólo un poco
y ahora me planteo lo diferente que vería todo lo que ha pasado si I no hubiese
aparecido en escena. Seguramente estaría frustrada, cuestionándome la utilidad
de la web esta y si merece la pena. Pero mírame, escribiendo esto con una
mascarilla facial puesta, para tener buena cara en la cita con I de mañana.
No sé, no es porque G no sea un bellezón e I me parezca
un adonis, es por lo cómoda que estoy con I, lo que me río, lo fácil que es… Y
os puedo asegurar que, en un contexto de chicos de otra cultura, cuyo primer idioma
no es el español, es un logro muy grande. Tener una pareja de otro país estaba
en la lista de cosas que veía hacer a otra gente y pensaba: “wow, qué valientes
/ pacientes / loquesea son, yo no sería capaz”, aunque para contar toda la
verdad, vivir fuera de España y conseguir un visado para EEUU también estaba en
la lista de cosas que me parecían imposibles de conseguir por mí.
En resumen, que además del incidente del coche, me da la
sensación de que G y yo no nos entenderíamos bien en algunas otras cosas… No sé
si lo veré el fin de semana, igual sí.
Hoy me he sentido algo insegura con I. No por nada en especial,
sino porque me ha malacostumbrado a darme los buenos días todas las mañanas y
no lo ha hecho. He decidido escribirle yo por la tarde y hemos concretado hora
para mañana. Cruzo los dedos, me haría muchísima ilusión que esta cita fuese
bien… serviría para demostrarme que tanto esfuerzo ha merecido la pena. Eso y
que puedo gustarle a un guiri buenorro de 25 años, jajaja. Ay, qué vértigo… de
alguna forma tengo miedo de que como tantas otras veces algo se tuerza y vuelva
a mi apartamento sin beso de buenas noches ni promesa de tercera cita. En fin,
habrá que tener un poco de fe.
26 de septiembre
Me ha dado los buenos días y hemos empezado a hablar de
chorradas y a partirnos de risa. Creo que podría acostumbrarme... tras bailar
en la ducha y ponerme mis mejores galas "laborales", me dispongo a
empezar la mañana con energía, espero concentrarme y rendir. 6 horas y media
más y estaré viendo cómo I me sonríe otra vez.
G no ha dicho nada hoy tampoco... si me importara ya le
habría escrito yo o tendría las uñas más que mordidas.
Es curioso cómo se puede ser confiada y segura en algunos
aspectos y en otros dejar que las interacciones con el sexo opuesto influyan en
el humor... supongo que tampoco está mal abrirse a esta experiencia, dejar que
nos desestabilicen un poco y darnos cuenta de que, a veces, merece la pena
perder el equilibrio.
8 de la tarde
Menuda decepción. La cita ha ido bien, hemos charlado,
nos hemos reído, hemos estado cómodos... pero no he visto acercamiento físico
por su parte. No sé si ha sido timidez, diferencia cultural, ritmo más lento o
que simplemente no le gusto.
Yo quería mi beso, jo... Estoy triste. Ya sé que lo único
truncado aquí son mis expectativas... Pero me duele, porque me había hecho
ilusiones, me he abierto para mostrarme tal como soy y eso me ha hecho
vulnerable. Sin arriesgar no se puede ganar y siento que ahora he perdido.
¿Debería haber sido más lanzada y haberle dicho de quedar
otro día? No sé por qué, pero creo que me habría dicho que sí por compromiso. A
ver, que a lo mejor me escribe mañana y tan normal... pero no me gusta este
juego, me gustan las cosas claras y estas no lo están para nada. Si esto acaba
aquí me va a costar mucho ilusionarme con el siguiente...
27 de septiembre
El yogurín me ha dado calabazas. Ahora mismo no creo en
los hombres, en las citas ni en nada y quiero mandarlo todo a la mierda… es
como si mi miedo, el de que ni siquiera este “último recurso” que es la app
fuera a funcionar, se estuviese materializando y ya no tuviera más
oportunidades de conocer a nadie en la vida. Sé que es una visión
catastrofista, que hace dos semanas no conocía al yogurín y que ya se me
pasará… pero ahora mismo estoy en el fango, y tengo derecho a rebozarme en él
por un día. Joe.
9 de la noche
No quiero ser una de esas mujeres que se vuelven cínicas
y pierden la ilusión, no quiero escrutar a cada uno que me diga algo “por si
acaso”. Dije que si esta app me cambiaba para mal la dejaría… voy a tomarme un
respiro y creo que volveré. Es curioso, nunca había vivido esta experiencia:
chica conoce a chico, chico parece normal, van a una segunda cita y sigue
pareciendo normal, chico le dice a chica que no está interesado sin dejarla 100
años preguntándose qué pasó. Normal. Todo como debería ser (salvo por la parte
de las calabazas, jajaja), pero por una vez podría decir que he vivido una
historia que considero normal. Y sigo pensando que sin ella lo de G me habría
dolido más… esto me está doliendo porque me he dado entera, sin censura, sin
suspicacias, y parece que no ha sido suficiente. Pero me voy a casa con la
conciencia tranquila sabiendo que he jugado un buen partido: unas veces se gana
y otras se aprende.
28 de septiembre
Hoy los ruidos de la ciudad y la luz de un inesperado
cielo demasiado azul para el otoño, me han sacado de mi ensueño. Me he
despertado pensando que lo que ha pasado con este chico no me da pena por él,
sino por mí. No he pensado en ningún momento que no lo volveré a ver ni en todo
lo que "podría haber sido y no fue" con él. Y si lo pienso no me da
pena.
Me da miedo o pena por mí. Miedo de que la siguiente vez no
me atreva a abrirme tanto, pena de que otro intento no me haya salido bien. Me
aterra quemarme y que cuando aparezca uno apañado me sienta demasiado bloqueada
como para hacerle caso.
Me reitero: hace una semana no conocía al yogurín y casi
que ya me da un poco igual... después de todo quizás no soy tan romántica, creo
que al principio debe haber conexión en la forma de pensar, comodidad estando
juntos y atracción física... lo demás surge con el tiempo. A no ser que sea un
flechazo fulminante: no creo en el amor a primera vista. Y eso no es malo, es
práctico.
Creo en el romanticismo en el sentido original y amplio
del término: creo en luchar por tus ideales, en serte fiel, en buscar algo
auténtico y en ilusionarse sin miedo y darlo todo de ti. A veces eso incluye a
otra persona que se siente igual hacia ti y decide hacer lo mismo... Y entonces
surge el romanticismo en el sentido convencional.
Esta guerrera necesita un descanso, pero le hará caso a
Daniel Johnston y volverá sin duda con fuerza a por más cuando esté preparada. Lo
siento si os decepciono... Esto no es ninguna novela, no es más que mi vida.
Quizás cuando escriba ficción haré como Jane Austen y arreglaré todo lo que en
la vida real no ha terminado tan bien. De momento, me toca seguir viviendo.
2 de octubre
Qué falta me hacía... Hoy han vuelto las clases de tango.
Ha sido balsámico pasar dos horas en los brazos de yo no sé cuántos hombres.
Con algunos tambaleándome, con un par casi volando. Es de estas cosas que no
eras consciente de todo lo que las echabas de menos hasta que las vuelves a
probar. Esto me ha hecho decidirme: voy a vencer la pereza y a ir a clase pase
lo que pase. Voy a empezar a ir a bailes sociales y a quedar con la profesora,
que es genial, fuera. Voy a exprimir al máximo los dos años que me quedan en
tango, voy a irme de esta ciudad teniendo al menos un nivel intermedio.
3 de octubre
He vuelto a la app a darlo todo, como veis, no me ha
durado mucho el duelo por I. G me dijo antes de ayer que quería volver a verme,
pero sólo como amigos. Mejor... no lo veía como nada más. Es curiosa la
distancia que puede haber entre la persona "sobre el papel" y en la
vida real.
Estoy hablando con un mulato que dice que su abuela es
española, un chico de Chile y un hombre de Colombia. ¿Será que me habré cansado
de tanto guiri soso y busco un poco de saaaaborr? No lo sé... Me resisto a
llamar J a ninguno de ellos, J será el siguiente con el que decida quedar en
persona. Quien me conoce sabe mi historia con las jotas... todo chico con el
que me he visto involucrada cuyo nombre, apodo etc. empezase por J ha sido el
caos, lo surrealista, el huracán... pero también la pasión, la magia y la valentía
que viene de su mano. Así que espero con curiosidad y miedo, a partes iguales a
que aparezca el chico J. Por tanto, no va a ser cualquiera, seré un poco más
selectiva.
No me doy por vencida, como dice una amiga: esto es como
esos juegos de rascar en los que te puede salir un “sigue probando”. Lo que
tengo claro es que me voy a tomar un descanso, mi energía es limitada y, en
estos momentos, está mejor encarrilada en el cambio de trabajo que se avecina.
Como ya decía, el tema está también un poco manido para
seguir escribiendo, así que vamos a hacer un trato: si pasa algo interesante
que sea digno de contar lo haré. Hasta entonces, el blog vuelve a la
normalidad. Lo siguiente que os cuente será una aventura que tengo planeada en
Florida y después os hablaré del trabajo nuevo. ¿Qué os parece?
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